Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve.
De aquello que pensé y aquello que sentí . . . de aquello que leí y aquello que escuché . . . de aquello de lo que hablé y aquello de lo que callé . . . de aquello por lo que reí y aquello por lo que lloré . . .
domingo, 27 de marzo de 2011
sábado, 26 de marzo de 2011
De la soledad. . .
Y a veces te sientes sola, no porque no tengas gente a tu alrededor, si no porque por más gente que te rodea ninguna llega a llenarte del todo. Cada uno te aporta algo, pero sigues sintiendo ese vacío, ese puntito que no te da nadie.
Y empiezas a buscar algo o alguien que te llene, y es imposible. Buscas otros caminos, buscas otras opciones, buscas, buscas, buscas. . . y no encuentras.
Todo lo que te llena está en ti, pero hay momentos en los que no sabes verlo. . .
Suscribirse a:
Entradas (Atom)