miércoles, 31 de octubre de 2012

De mis tonturas . . . .




¿No os ha pasado nunca que llega un día en el que piensas: "¡cómo pude ser tan tonto!"?


Pues a mi en realidad eso me ha pasado varias veces. Pero ahora he decidido contarlo, a ver si con eso la terapia me vale de algo y la interiorizo muy adentro.

En general siempre pienso que me ocurren cosas de tonta que soy, pero cuando el ser humano cae una y otra vez en la misma piedra, bien merece la mención de "gilipollas" y no de tonto. Por eso a veces opino que más bien soy gilipollas. Y hoy ha llegado el día en que voy a reconocer todas las gilipolleces que he cometido en mi, no larga, ni tampoco corta vida.

Fui tonta cuando creí importarle a gente que en realidad no le importaba nada.

Cuando dediqué mi tiempo a preocuparme por los que ya me habían demostrado que ellos no iban a dedicar su tiempo a preocuparse lo más mínimo por mi.

Cuando dejé que mi corazón se hiciese fuerte a base de palos y más palos (aún siendo todos necesarios para llegar a ser lo que soy hoy).

Cuando dejé pasar algunas personas sin hacer nada por recuperarlas.

Cuando dejé que la vergüenza se apoderarse de mi y no me permití conocer a tanta gente que ha pasado por mi lado.

Cuando a pesar de lo que la gente me decía, seguía pensando que el hombre (como individuo) es bueno.

Cuando pensé que detrás de . . . . .. . . no había nada más y limité mi mundo a una sola persona.

Cuando no aprecié el cariño.

Cuando me quedé con las ganas de hacer o decir algo y luego pensé "si lo hubiese hecho".

Cuando creí esos cuentos de hadas, gnomos, dragones, mazmorras, y princesas encantadas a las que venía a rescatar un príncipe azul cabalgando en un bonito corcel blanco y la llevaba lejos de la bruja malvada.

Cuando no hice lo que yo quería.

Cuando esperé una llamada o quizás alguna explicación (en muchas ocasiones).

Cuando no me valoré a mi misma.

Fui tonta en tantas ocasiones, y quizas tenga que serlo en otras muchas. Pero sí que he aprendido una cosa: en la vida a veces es mejor pasar por tonta, que serlo. Y quien aprende de sus errores, no demuestra ser muy necio, ¿no?

domingo, 14 de octubre de 2012

¿Y si abrimos de nuevo la puerta?


Cerré por vacaciones y aunque ya hace tiempo que llegué, no se me antojaba escribir nada.

Hoy he encontrado la razón por la que abrir de nuevo la puerta de este blog: mi vida.

Mi vida porque mi vida misma me quitó personas pero en realidad ahora sé que nunca estuvieron, y ahora sólo están las personas que verdaderamente tienen que estar, las que me aportan, las que me aprecian y por una cosa o por otra, me valoran. Ahora está quien tiene que estar.

Mi vida porque mi vida misma me ha dado malos ratos, pero ahora me da momentos inolvidables, sitios inolvidables, gente inolvidable.

Mi vida porque mi vida misma me ha devuelto sonrisas, buenos ratos que ya echaba de menos.

Mi vida, porque mi vida misma me va dando lo que merezco...

Por mi vida y por mucha gente, creo que merece la pena abrir de nuevo esta puerta.