viernes, 14 de febrero de 2014

Del amor



Analizando la etimología de la palabra amor, encontramos varias teorías, entre ellas me ha llamado mucho la atención la siguiente: la palabra amor es una palabra compuesta del latín donde "a" significa "sin" y "mor" es una contracción de "mortem" que significa "muerte". Por tanto amor significaría "sin muerte" (¿eternidad? como si a través del sentimiento venciésemos lo invencible . . .)

Yo creo que en realidad, en esta teoría se une un prefijo griego con uno latino, ya que en latín el prefijo de negación no es "a" sino "in".

Dejándonos de teorías, si buscamos en la RAE, se define el amor como:  "sentimiento intenso del ser humano que , partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser" y como "sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear" 

Pues debía estar el tío loco de amor, para dar esa definición, vamos que tenía que estar en el momento de arremolinamiento del tejao.

Nos siguen haciendo creer que estamos incompletos, que necesitamos a otra persona que complete nuestra media naranja. Nadie nos enseña que ya nacemos enteros, que no tiene que venir nadie a completarnos. Las medias naranjas no existen, nada de querer exprimirnos para demostrarlo.
El amor no puede ser la negación del yo. Si por causa de alguna insuficiencia emocional, el señor de la RAE necesita a otro para completarse, no vamos a creer que eso es cierto.

Nada de perder el norte. Se permite perder el control pero siempre teniendo los pies a una distancia relativa del suelo. La dignidad es la premisa. Cuanto más subas más dura será la caída, y créeme, se cae.

Si dependes, no es amor. Si no creces como persona, no es amor. Si te quiere todo el tiempo a su lado, no es amor. Si su felicidad depende de ti, o depende la tuya, no es amor. El amor es libre, siempre lo es, ama así.

Y por último, dice un proverbio turco, que por el amor de una rosa, el jardinero es servidor de mil espinas. Efectivamente, se tendrán que clavar espinas a pesar de los pesares. Dicen que una retirada a tiempo es una victoria, pero también que correr es de cobardes. Si alguna espinita se clava, pues ya se sacará porque nada duele eternamente. Mientras tanto disfruta del aroma de las flores. Hay que ser prácticos y saber que no hay porqué renunciar a lo bueno. Si te merece la pena: vívelo, disfrútalo, embriágate con el aroma. Como decía Calderón de la Barca: "el caer no ha de quitar la gloria de haber subido". 

Además, ¿quién sabe si no sigues volando?

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