- los sueños
- la luna
- y las estrellas
- el chocolate
- la buena compañía.
- los amigos de los buenos
- la verdad
- la mentira que te hace abrir los ojos
- la experiencia
- una tarde de lluvia
- una mañana de sol
- la primavera
- el olor a azahar
- una buena conversación
- las tardes de risas
- un libro
- los paseos por el rio
- los buenos recuerdos
- conseguir los objetivos
- una peli
- un beso
- una caricia
- una mirada
- un viaje, sea donde sea
- la navidad
- un café eterno
- el esfuerzo
- una palabra de aliento
- una sonrisa
- lo aprendido
- la capacidad de seguir sorprendiéndose
- y la de ilusionarse
- el descubrimiento de una nueva amistad
- saber que has hecho bien tu trabajo
- un jardín de flores
- dormir a pierna suelta
- unas tapas
- los deseos
- el amor propio
- los planes
- y los planes que se tuercen
- ser capaz de improvisar
- la playa
- la consciencia
- y la inconsciencia
- una luz tenue
- cada una de las posturas del kamasutra
- mirar a alguien y que sobren las palabras
- el cansancio
- los enfados
- la tristeza
- la melancolía
- la esperanza
- las ganas de más
- las personas
- sentirte libre
- los errores cometidos
- saber que puedes volver a errar
- las lágrimas
- las risas
- acostarte sin poner el despertador
- la sinceridad
- el dolor
- ser capaz de perdonar
- y de perdonarse
- olvidar lo que escuece
- el riesgo
- las limitaciones
- las oportunidades
- el beso de un niño
- una canción
- lo que sientes
- lo que dejas de sentir
- la coherencia
- sentirte realizado
- dar un abrazo
- que te lo den
- el calor de una chimenea
- sentirse querido
- dejarse querer
- el miedo
- las bromas
- las creencias
- superarse a sí mismo
- sentir que no puedes más y a pesar de ello, seguir
- un paisaje bonito
- olvidarse del tiempo
- una tortilla de patatas con la papita suelta
- el olor a curry
- los sentidos
- las dudas
- un consejo
- la suerte
- el destino
- la certeza de estar en el camino correcto
- saber qué quieres
- la vida
- poder compartirla
- lo que das, y lo que te dan
- tener estas y otras razones para poder seguir adelante.
De aquello que pensé y aquello que sentí . . . de aquello que leí y aquello que escuché . . . de aquello de lo que hablé y aquello de lo que callé . . . de aquello por lo que reí y aquello por lo que lloré . . .
sábado, 10 de noviembre de 2012
Razones
miércoles, 31 de octubre de 2012
De mis tonturas . . . .
Pues a mi en realidad eso me ha pasado varias veces. Pero ahora he decidido contarlo, a ver si con eso la terapia me vale de algo y la interiorizo muy adentro.
En general siempre pienso que me ocurren cosas de tonta que soy, pero cuando el ser humano cae una y otra vez en la misma piedra, bien merece la mención de "gilipollas" y no de tonto. Por eso a veces opino que más bien soy gilipollas. Y hoy ha llegado el día en que voy a reconocer todas las gilipolleces que he cometido en mi, no larga, ni tampoco corta vida.
Fui tonta cuando creí importarle a gente que en realidad no le importaba nada.
Cuando dediqué mi tiempo a preocuparme por los que ya me habían demostrado que ellos no iban a dedicar su tiempo a preocuparse lo más mínimo por mi.
Cuando dejé que mi corazón se hiciese fuerte a base de palos y más palos (aún siendo todos necesarios para llegar a ser lo que soy hoy).
Cuando dejé pasar algunas personas sin hacer nada por recuperarlas.
Cuando dejé que la vergüenza se apoderarse de mi y no me permití conocer a tanta gente que ha pasado por mi lado.
Cuando a pesar de lo que la gente me decía, seguía pensando que el hombre (como individuo) es bueno.
Cuando pensé que detrás de . . . . .. . . no había nada más y limité mi mundo a una sola persona.
Cuando no aprecié el cariño.
Cuando me quedé con las ganas de hacer o decir algo y luego pensé "si lo hubiese hecho".
Cuando creí esos cuentos de hadas, gnomos, dragones, mazmorras, y princesas encantadas a las que venía a rescatar un príncipe azul cabalgando en un bonito corcel blanco y la llevaba lejos de la bruja malvada.
Cuando no hice lo que yo quería.
Cuando esperé una llamada o quizás alguna explicación (en muchas ocasiones).
Cuando no me valoré a mi misma.
Fui tonta en tantas ocasiones, y quizas tenga que serlo en otras muchas. Pero sí que he aprendido una cosa: en la vida a veces es mejor pasar por tonta, que serlo. Y quien aprende de sus errores, no demuestra ser muy necio, ¿no?
domingo, 14 de octubre de 2012
¿Y si abrimos de nuevo la puerta?
Cerré por vacaciones y aunque ya hace tiempo que llegué, no se me antojaba escribir nada.
Hoy he encontrado la razón por la que abrir de nuevo la puerta de este blog: mi vida.
Mi vida porque mi vida misma me quitó personas pero en realidad ahora sé que nunca estuvieron, y ahora sólo están las personas que verdaderamente tienen que estar, las que me aportan, las que me aprecian y por una cosa o por otra, me valoran. Ahora está quien tiene que estar.
Mi vida porque mi vida misma me ha dado malos ratos, pero ahora me da momentos inolvidables, sitios inolvidables, gente inolvidable.
Mi vida porque mi vida misma me ha devuelto sonrisas, buenos ratos que ya echaba de menos.
Mi vida, porque mi vida misma me va dando lo que merezco...
Por mi vida y por mucha gente, creo que merece la pena abrir de nuevo esta puerta.
domingo, 15 de julio de 2012
Cerrado por vacaciones.
Cerrado por vacaciones y por necesidad.
Porque necesito desconectar y venir como nueva, aunque no creo que cierre del todo. No cerraré del todo por una sencilla razón, porque siempre te queda lo vivido y lo que vivirás.
Lo vivido ha sido mucho e intenso este curso: nuevas amistades, nuevas personas, también personas de las de siempre, risas con los amigos, llantos, enganches que van y otros que vienen, nuevas experiencias en el trabajo, amores, desamores, pérdidas y ganancias, incluso intervenciones quirúrgicas inesperadas. De todo, me llevo algo.
Y lo que viviré: no lo sé, pero que sea bienvenido.
¡Felices vacaciones!
Porque necesito desconectar y venir como nueva, aunque no creo que cierre del todo. No cerraré del todo por una sencilla razón, porque siempre te queda lo vivido y lo que vivirás.
Lo vivido ha sido mucho e intenso este curso: nuevas amistades, nuevas personas, también personas de las de siempre, risas con los amigos, llantos, enganches que van y otros que vienen, nuevas experiencias en el trabajo, amores, desamores, pérdidas y ganancias, incluso intervenciones quirúrgicas inesperadas. De todo, me llevo algo.
Y lo que viviré: no lo sé, pero que sea bienvenido.
¡Felices vacaciones!
sábado, 16 de junio de 2012
Pido perdón.
Pido perdón, por insistir.
Pido perdón, por no entender en ese momento, que no era el momento.
Pido perdón, por agobiar con mis preguntas.
Pido perdón, por no haber dicho: vale, confío en ti.
Pido perdón, por haberme dejado llevar por el miedo a perderte y actuar a la desesperada.
Pido perdón, por preocuparme demasiado.
Te pido perdón, por quizás, haber actuado mal . . .
Te pido perdón, y te pido que comprendas: que no lo hacía solo por mí, si no también por tí; que me cogió tan de sorpresa que no sabía cómo hacer y ni siquiera sabía si tenía que hacer algo; que también me sentía parte integrante; que yo también tenía mi necesidad de no quedarme sin saber nada; y sobretodo, quiero que comprendas que no quiero perder tu amistad, tus risas, tus llantos, tu persona, tu esencia, a ti. . . . Por eso me dolieron tus palabras de abandono . . . . asumo mi parte de culpa porque sé que agobié, pero a pesar de ello, no puedo evitar el quemor.
Sólo me gustaría, poder saber de ti dentro de un tiempo y poder tratarte con normalidad, con cordialidad . . . . no me gusta perder a gente que aprecio por el camino, me duele . . .
jueves, 14 de junio de 2012
A ti: en la distancia.
A ti : que ahora estas en la distancia . . .
Hasta las palabras se me cortan, se me forma un nudo en la garganta y solo me sale llorar . . . de pena, de impotencia, de rabia, de no saber si hay algo que esté en mi mano y que no esté haciendo . . . de querer hacer, y no poder, de querer ayudar y sin embargo saber que no debo, quizás la única ayuda posible es no hacer nada.
En verdad quiero escribir, sacar todo lo que cargo, pero tengo tantas cosas dentro de esta lavadora mental, tantas cosas que no me explico, tantos sentimientos encontrados, preguntas sin respuestas que tal vez nunca lleguen, y miedos, tengo muchos miedos, que no sé cómo plasmarlo todo sobre un papel.
Hoy sólo puedo decir, que te echo de menos . . . . . y me dueles.
"Aún no te has ido y ya te echo de menos". Ahora sí, ahora te has ido. . . . y te extraño si cabe, un poco más.
domingo, 10 de junio de 2012
¿Con o sin?
He encontrado un artículo que me ha parecido muy interesante, así que os lo dejo para que lo leaís:
( . . . ) “El problema es que conseguir sexo es tan fácil, que se ha desvalorizado”, opina Antoni Bolinches,
psicólogo y sexólogo. Del mismo modo que se compran productos que no se
necesitan por el simple hecho de que están rebajados, “somos ciudadanos
consumidores, vivimos en sociedades de consumo, y el sexo también se ha
convertido en un objeto de consumo”, apunta Edurne Jabat,
profesora asociada de Sociología de la Universidad Pública de Navarra e
investigadora de temas de género y sexualidad. Así que en las encuestas
la mayoría de la gente quiere sexo con algo más. Pero, luego, parece
que el que no se apunta a la fiesta del sexo por el sexo se está
perdiendo algo. “Da la impresión de que, hoy en día, lo que no puede
pasar es que digas que no tienes sexo, que estás en plan sabático,
porque entonces te compadecen”, opina Najat el Hachmi.
Aparte de que uno pueda ser más o menos atractivo o tímido, parece
evidente que conseguir sexo por puro placer está al alcance de mucha
gente. Sábados noche, portales de internet que
facilitan encuentros sexuales, amigos con derecho a roce, clubs de
intercambio de parejas, miles y miles de solteros de todas las edades,
emparejados con ganas de tener un desliz… Como señala Edurne Jabat, hay
un discurso muy visible “que incide en la importancia de una sexualidad
activa no necesariamente vinculada a un contexto de pareja estable.
Algo así como la puesta en valor de una idea del sexo como algo
saludable, legítimo, parte de la expresión del yo y de la comunicación
con otros. Además, las relaciones sexuales esporádicas devuelven la
sensación de anclaje”, quizás muy necesaria en una sociedad en la que
los vínculos personales y laborales son cada vez más inestables.
“Anclaje a una persona en una relación de intensa apertura física o
emocional o anclaje identitario al sentir que ‘he ligado’, ‘he tenido
sexo’, ‘tengo éxito’, ‘soy deseado’, ya que de algún modo es un logro de
un bien socialmente deseado”.
Lady Gaga, icono del siglo XXI, asegura que no tiene
sexo sin amor porque podría arruinar su energía. Quizás esta postura y
sus extraños vestidos sean una forma de llamar la atención o, como dicen
los expertos en marketing, de ganarse un nicho de mercado. Pero no deja
de ser curioso que se haya convertido en noticia que ella y otros
referentes del mundo del entretenimiento, como Robert Pattinson, protagonista de la serie Crespúsculo,
defiendan el sexo con amor. ( . . . . )
¿Cuál es el menú del que disponemos? ¿Estamos obligados a elegir
entre dos platos: sexo con o sin amor? Quizás hay más variantes: sexo
durante el enamoramiento, sexo con amor, sexo con algo de afecto o sexo
sin nada de nada. “Sin duda, el mejor es el sexo en la fase de enamoramiento.
Es el que prefiere, creo yo, la mayoría de la gente”, considera Antoni
Bolinches. Cuando el sexo es mucho más que la satisfacción de una
pulsión. “Se ha visto que, en una primera fase del deseo sexual, hay una
motivación para buscar pareja –explica Mara Dierssen, neurobióloga del Centro de Regulación Genómica de Barcelona–. No hay una preferencia por alguien. En el hombre pesa la testosterona, y en la mujer, la fase del ciclo sexual”. ¿Y cuando, ay, aparece él o ella? “Si te enamoras algo cambia. Se activa el sistema dopaminérgico,
que es el relacionado con la recompensa. Es decir, queremos repetir.
Eso también puede pasar si sólo hay sexo. Pero con el enamoramiento,
además, se activa el sistema noradrenérgico, que es el que te permite
enfocarte en esa persona; por eso estás más obsesivo. Y, seguramente,
también se activa el sistema serotoninérgico, relacionado con el estado
de ánimo”. Así que el sexo con enamoramiento parece la tormenta química perfecta.
“El problema es que antes o después se acaba –señala Antoni
Bolinches–. Quedas saturado”. Es entonces cuando la pareja puede entrar
en la fase del amor estable y tranquilo. “Es el sexo con amor. Aquí hay
muchas ventajas porque los amantes se conocen, saben darse placer, y ese
buen sexo no tiene por qué acabarse. Pero hay una gran amenaza: la
rutina”. Esta fase puede durar muchos años. Pero nadie está
completamente a salvo de las tentaciones o las crisis. Pero cuando no
hay crisis, como una mala época con la pareja o problemas en el trabajo o
con los hijos, que puedan hacer que una persona ponga su deseo en
otras, “también puede intervenir el aburrimiento –apunta Mara Dierssen–.
El sistema dopaminérgico se activa por conductas que dan placer y
también por la novedad”. Por eso, como explica Antoni Bolinches, es
necesario “introducir novedades en la vida sexual en pareja”. El sexo
con enamoramiento y el sexo con amor, además, son más generosos que el
sexo sin en otro beneficio: la socialización. “Somos seres sociales.
Ambos tipos de sexo nos hacen sentir que gustamos al otro, que tenemos
su aprobación, que hay afecto”, añade Mara Dierssen.
Algo de afecto también hay en un sexo sin
enamoramiento y sin amor. Por ejemplo, dos amigos con derecho a roce,
dos conocidos del trabajo que en una cena de empresa deciden conocerse
un poco más, dos desconocidos que conectan… Puede haber un poco de
cariño, un poco de comunicación, un poco de afecto. Se diferencia del
sexo completamente sin en que en este último no hay comunicación más
allá de la epidermis. En el sexo sin más, la otra persona sólo interesa
en la medida de la propia satisfacción. Dos cuerpos sin historia
personal. “Este sexo puede estar muy bien, porque satisface una pulsión.
Y es muy típico y necesario cuando una persona se inicia en el sexo y
necesita experimentar y conocer otros cuerpos”, opina Mara Dierssen. Una
persona de veinte años que acaba de debutar en el sexo quizás no eche
de menos el amor. Como tampoco quizás lo eche de menos alguien que, con
cuarenta, por ejemplo, decida que, de momento, no quiere nada más. Y
pueden disfrutar mucho. Para Antoni Bolinches, “tiene que ver mucho con
la fase de la vida en la que uno esté”.
O con la hora de la noche y el sentimiento de soledad
que se tenga. El problema llega cuando uno quiere sexo con y sólo
encuentra sexo sin. “He hablado con personas que tienen varios amantes y
ya ni disfrutan –señala Najat el Hachmi–. Y he hablado con muchas
personas, mujeres, sobre todo, que se conforman con el sexo porque por
lo menos así sienten alguna caricia. Lo que pasa es que creo que son
cosas que no se dicen, como si quedara mal reconocer que uno necesita
amor”.
Quizás porque el amor puede traer muchas más complicaciones que un
simple revolcón. Y no todo el mundo está dispuesto a arriesgarse. El
éxito del sexo sin amor puede residir, también, en que es un deporte
fácil y placentero. Mientras que quizás el amor es un deporte de riesgo…
emocional. Para Najat el Hachmi, una de las razones de la facilidad
para conseguir sexo por puro placer es que puede ser una forma de evitar
una comunicación real. “Es más fácil una relación sexual que una
sentimental. Por ejemplo, me da la impresión de que, hoy en día, muchas
mujeres huyen de sus madres. Del papel de estas como mujeres pasivas. Y
quizás hay un miedo emocional a vernos en un papel parecido. Y ha calado
la idea de que el amor es cursi. Es curioso que me costara más escribir
la parte más romántica, por decirlo así, de la novela, que la parte más
sexual”. Quizás tampoco ayuden algunas versiones del amor, demasiado
azucaradas para estos tiempos en los que lo light está de moda.
Para Edurne Jabat, “ese amor es frágil porque está sometido a
exigencias y presiones de un mundo laboral flexibilizado, y está también
sometido a los proyectos individuales de autorrealización personal de
cada uno de los miembros de la pareja, de modo que ese amor conlleva un
alto riesgo de fracaso”.
Así que mucha gente corre en dirección contraria al amor. Asimismo,
como explica Antoni Bolinches, “en los casos más compulsivos de búsqueda
de sexo sin más, hay una necesidad muy fuerte de reafirmación
personal”. Pero ¿realmente es posible tener una relación sexual sin
nada, aunque sólo sea unos gramos, de afecto? Seguramente, el ejemplo
más extremo de sexo sin más sea la prostitución. Para
Najat el Hachmi, “es imposible tener sexo sin algo de intimidad, a no
ser que te pongas un preservativo de arriba a abajo”. Si partimos de la
base de que algo debe gustar la otra persona aunque el contrato sea de
sexo sin más, hay que tener cuidado con la letra pequeña. Porque no todo
se puede controlar. “Conozco a muchas personas que se ponen barreras
contra el afecto: ‘Yo tengo sexo pero que no se quede a dormir’. Pero,
luego, están varios días hablando de que esa persona que no querían que
se quedara a dormir no les llama. Creo que tener sexo sin nada de afecto
es un esfuerzo muy difícil”.
Como es difícil decretar cuál es el mejor tipo de sexo. La lógica
diría que el que incluye más cosas, como el sexo con enamoramiento o el
sexo con amor. Aunque en temas de emociones y pulsiones la lógica no
siempre gana. El sexo por el sexo no siempre es un
sucedáneo de otra cosa. Puede ser una fase de aprendizaje o,
lógicamente, la mejor manera de satisfacer una pulsión. Pero, cuando se
quiere otra cosa, tras el placer uno puede sentir que le falta algo.
Entonces, si hubiera que elegir entre sexo con o sexo sin... Hagamos una
pregunta algo tramposa: ¿qué se llevaría uno a una isla desierta aparte
de un libro electrónico? ¿alguien con quien tener sexo sin amor o
alguien con quien tener amor sin sexo? ( . . . . )
sábado, 2 de junio de 2012
Inseguridades
La gente que me conoce siempre me dice que parezco una persona muy segura, con las ideas muy claras y decidida . . . aunque yo no estoy muy de acuerdo con ello, creo que dista un poco de la realidad.
Los que me conocen de verdad, saben que en verdad muchas veces eso es apariencia, para no hacerme daño, para parecer fuerte y tapar un poco mis debilidades, que por otro lado son . . . dejemosló en algunas.
Y una de mis inseguridades más grandes creo que es mi necesidad de ser sincera y ese "sí, pero no" de alguna gente que me rodea y sobretodo, me ha rodeado en otros tiempos. Esto, creo que tú, amiga que estas tras la puerta, lo entiendes, lo hemos hablado ya algunas veces, pero lo aclararé para todos aquellos que se han quedado ahora con cara de pasmarote.
Mi necesidad de ser sincera se basa en tener que decir siempre lo que siento, lo que me quema por dentro, no puedo estar callada, es como si algo se apoderase de mi voz y al final siempre sale todo aquello que pensé y sentí. Es algo más fuerte que yo, y no depende de tener fuerza de voluntad y controlarlo. Puedo tardar más o puedo tardar menos, pero al final siempre sale de mí todo lo que pienso y siento. Es que además si no lo hago se me enquista en el corazón y me hace mucho daño, por lo que siempre siento la necesidad de sacarlo. Qizás es esto un poco sincericida (ser sincero y ser suicida ¿no?), como tú me explicas amiga, decir las cosas demasiado claras acarrea un riesgo que inevitablemente hay que correr. Pero mi sinceridad no solo se trata de decir todo lo que me haya podido hacer daño, también se trata de decir todo aquello que me hace sentir bien, todo aquello que temo, todo aquello que me gustaría . . .
Entonces es ahora cuando llega la parte chunga del tema: no todas las personas aceptan igual que alguien pueda ser completamente sincera contigo. Y es entonces cuando viene ese "sí, pero no". El sí pero no es cuando alguien te dice sí sí, yo quiero que seas sincera, yo soy tu amigo, yo estaré siempre, tú eres importante para mí, yo valoro mucho tu sinceridad, . . . y mil cosas más parecidas, pero en realidad, luego te das cuenta de que la actitud cambia en cuanto que has sido sincera, y en verdad en donde dije digo, digo diego. Y ahora una vez pasado el "sí", llega el "no". Pero la negación no te la dice nadie directamente, lo peor es que te vas dando cuenta de que "no", con los actos de la otra persona. Vas viendo que se alejan, que no te contestan cuando llamas o escribes, que no te tratan como antes de ser sincera y que poco a poco vas perdiendo a esa persona que en verdad es importante para ti.
Claro, todo esto tiene una consecuencia: que lo que podia parecer en un principio muy bueno (ser sincera con la persona que te importa ya sea pareja, sea amigo o lo que sea) se va convirtiendo poco a poco en algo a lo que le tienes miedo. Y entonces, empiezas a tenerte miedo a ti misma y a esa necesidad de expresarte con claridad, porque la experiencia te dice "no lo hagas, porque inmediatamente después la otra persona cambia y la pierdes". Con la tristeza acostumbrada de otros tiempos . . . sientes miedo . . .
Ya he tenido varias experiencias asi, y os digo, que se pasa mal. Porque te sientes culpable, acabas haciéndote responsable de que el otro se vaya. Al final siempre piensas la culpa es mia, por hablar tan claro.
¿Y si yo no fuese asi? nunca le diria que me importan a las personas que realmente me importan, o te quiero a las personas que les tengo cariño, o nunca expresaria mis deseos y necesidades, o nunca diria algo que me haya molestado y me duele . . .
¿Y se puede vivir callado?
Yo no lo sé, solo puedo decir que a veces siento miedo de callar, pero también siento miedo de hablar.
miércoles, 9 de mayo de 2012
:'-(
Llorar a solas, llorar escondiéndote para no ser vista, para que nadie pregunte, para tapar tu realidad, para aparentar que todo va bien. Llorar para liberarte de todo lo que llevas.
Llorar y luego sonreir para hacer que no pasa nada.
Y por qué llorar.
Porque en el fondo, más allá de todo . . . . . .te importa . . . . . . te duele.
sábado, 14 de abril de 2012
miércoles, 11 de abril de 2012
Palabras........
. . . . . .no pronunciadas, escondidas, encubiertas, palabras que hieren, que matan, que se clavan en el corazón, palabras de miedo, desesperación, tristeza, palabras que piden ayuda, comprensión, sinceridad, palabras que piden a gritos cariño, amor, amistad . . . . . .
Las peores, las palabras calladas. Aquellas que dejamos dentro de nosotros por miedo, por vergüenza, por no herir al otro, por orgullo, por hacernos el fuerte . . . Esas son las que realmente nos hieren, las que hacen que nuestro dolor, sea más dolor. . . . .
martes, 27 de marzo de 2012
Polvo de hada
Y a veces pensamos sólo en negativo, y nos hundimos en nuestros pensamientos.
Tengo que decir, que yo, soy de esas: aunque intento de verdad verle el lado positivo a las cosas, a menudo caigo en creer siempre que el vaso está medio vacío.
Hacemos con todos esos pensamienos una especie de pescadilla que se muerde la cola: como cuando mis nenes pequeñines hacen la fila, que yo les digo ¡¡¡no os soltéis!!!. Van agarraditos el uno del babi del otro, y eso les da seguridad, aunque en verdad, van como los burros, sin salirse de lo que se ha establecido. Pero si algo que les distrae por el camino, hace que pierdan la fila, intentan rápidamente buscar otro babi al que agarrarse. Lo peor no es buscarlo, lo peor es que a veces forman una espiral insalvable, y os lo explico para que lo entendáis: una espiral insalvable es cinco o seis niños cogiendose el babi por la espaldita, haciendo una rueda y dando vueltas sobre sí mismos . . . jejeje yo me río cuando los veo, porque sus caritas de asustados sin saber qué pasa son muy graciosas. Pero la realidad es que no tienen las herramientas necesarias para darse cuenta de que no son capaces de salir de ese bucle que ellos mismos han formado, buscando, sin duda, la manera de aferrarse a lo que les da seguridad y conocen. Yo, desde fuera, les grito: chiquillo, ¡soltaos! soltad uno la mano y venid hacia acá . . . pero, a ver cúal de ellos tiene la valentía de hacerlo.
A nosotros nos pasa igual: nos faltan, en ocasiones, las herramientas necesarias para abandonar el pensamiento negativo. Pensamos y pensamos sin sacar nada claro, enmarañándonos en las cosas que nos procupan, como esa espiral insalvable. En el fondo, nos gusta recreanos en la negatividad, hacernos víctimas de nuestros problemas, de nuestros pensamientos, de lo que creemos que el otro piensa o siente, de lo que creemos que pasará si hago esto o aquello. Nos gusta recrearnos en los nuestros miedos, creyendo que nos pasarán miles de cosas malas, sin querer ver, que la mayoría de nuestros miedos casi nunca se cumplen. Y así nos pasamos la vida, sin buscar soluciones, y solo porque así es más fácil. Así me eximo de mi pecado, así no asumo mi error que, sin duda, es no ser lo suficientemente valiente como para dejar a un lado todo aquello que me hace ser, cada día, más negativo. Nos quejamos y nos quejamos; y al final, no somos resolutivos.
Es la espiral, que nos atrae a su centro. Como esa filita de niños aferrados. Qué nos cuesta separarnos del pensamiento negativo al que estamos acostumbrados. Qué nos cuesta decir: si no es tan difícil pensar en positivo. Qué nos cuesta desprendernos de aquello que nos lleva hacia el centro, qué nos cuesta alejarnos de esa fuerza centrípeta que nos chupa, y nos chupa . . . . nos chupa la energía, nos chupa la mente y a veces nos chupa hasta la vida. ¡¡Qué nos cuesta!!Y nos cuesta porque seguimos siendo como la filita de niños, que se aferran a lo que conocen, y no son capaces de enfrentarse a una realidad que no han experimentado: en este caso, el pensamiento positivo.
¿Qué te procupa? ¿Qué te inquieta? ¿Qué te hace estar así? hoy será tu trabajo, mañana será tu amigo, o tu casa, tu pareja, o la salud, un negocio, o una mala contestación, o un mal día, una llamada que no contestaron, o lo que crees que la otra persona piensará, dirá o sentirá . . . .o. . . . .
Párate.
Piensa.
No te quedes de brazos cruzados.
No dejes que la negatividad se apodere de ti.
Sonríe.
La vida son muchas más cosas que esos pensamientos que hoy te atormentan.
Y si te atormentan, sal de la espiral, ¡¡vuela!!
Cuanto más positivo seas, más positiva será tu vida.
¿Recuerdas ese cuento en el que todo era posible, en el país de Nunca Jamás?.
Cierra los ojos, ten un pensamiento positivo, un poco de polvo de hada . . . . . . . . . . . . y volarás!!!!!
domingo, 25 de marzo de 2012
A mi edad.
Veintinueve, veintinueve añitos recién cumplidos. Los próximos serán treinta . . . uufff y se dice pronto, pero treinta años, son treinta años . . . ya he comprado cremas, aceites, contornos de ojos para primeras líneas de expresión, ayyyy mare miaaaa!!! qué los años pasaaan!!!
¿La crisis de los treinta, dices? yo ya la empecé hace un tiempo (y perdón a todos los que la habéis sufrido). No sé si tendrá algo que ver con la llamada "crisis", pero además no se me da bien escribir últimamente, tengo las ideas amontonadas y no acierto a plasmarlas. Así que quizás lo mezcle todo, pero a buen entendedor, con pocas palabras basta.
Lo que decía: que el tiempo pasa. Y cuando te das cuenta de que el tiempo pasa, te dá por analizarlo todo: analizas tu vida, tus amigos, tu entorno, tu trabajo, tu familia, el tiempo que dedicas a actividades de ocio, tu casa, tus relaciones . . .
Lo que ocurre es que con dieciocho años proyectastes tu vida, y ahora, con casi treinta ves que para nada te aproximas a lo que habias pensado. Al principio crees que eso es horrible, pero cuando te paras y dejas de escuchar todo lo que socialmente está establecido (y tu, ¿no tienes novio?, y tú, ¿no te casas?, y tú ¿no piensas tener hijos?) , tú vida no está tan mal. Tu vida, tus experiencias, te han formado, te han hecho como eres, te han enseñado, te han hecho llorar y reir, ganar y perder, subir y bajar . . .
Y es ahora, con todas mis experiencias, cuando sé lo que tengo que hacer, es ahora cuando he aprendido lo que no quiero, cuando intento de verdad encontrar las fuerzas para cambiar todo aquello que me hace infeliz, porque los años pasan y porque ahora sé que no voy a vivir dos veces, es ahora cuando sé que no quiero cerca nada ni nadie que me anule, que invada mi espacio vital, que no me acepte, que me ahogue, que no saque de mí lo mejor, es ahora cuando sé que no quiero nada ni nadie que me haga sufrir.
Porque es ahora cuando sé que la vida existe para ser feliz.
martes, 7 de febrero de 2012
A ti.
A ti, que estás en la distancia y aún así puedo sentirte tan cerca.
A ti, que me haces sonreir cada vez que te leo.
A ti, que me haces ser mejor persona dejando a un lado mi coraza.
A ti, que me abrazas y me proteges.
A ti, que iluminas mi mirada cuando veo que te acordaste de darme los buenos dias.
A ti, que estás ahí siempre, aún cuando me pongo insoportable y me dices "ajuuu carii que no me pasas ni unaa."
A ti, que me emocionas cuando me dices esas cosas tan lindas.
A ti, que me haces reir a carcajadas con todas tus patosadas que sabes que me encantan.
A ti, que me das tu cariño.
A ti, que respiras profundo cuando me ves.
A ti, que te conocí por casualidad, aunque sabes que soy de la opinión de que las cusualidades no existen . . . todo ocurre por alguna razón.
A ti, que tienes las mismas manías mías . . . ve a lavarte las manos!!! correeee!!!!
A ti, que te muestras sincero.
A ti, que me haces esperar a que llegue la noche con tantas ganas.
A ti, que me hablas en inglés, italiano y seguro que cualquier otro idioma que aún no he descubierto.
A ti, que me dejas "pasarte revista" cada vez que se me antoja XD
A ti, que sientes ese profundo amor paterno que te hace tan humano.
A ti, que me muestras tu enorme corazón.
A ti, que te quiero, solo me sale decirte
GRACIAS POR SER TÚ.
A ti, que me haces sonreir cada vez que te leo.
A ti, que me haces ser mejor persona dejando a un lado mi coraza.
A ti, que me abrazas y me proteges.
A ti, que iluminas mi mirada cuando veo que te acordaste de darme los buenos dias.
A ti, que estás ahí siempre, aún cuando me pongo insoportable y me dices "ajuuu carii que no me pasas ni unaa."
A ti, que me emocionas cuando me dices esas cosas tan lindas.
A ti, que me haces reir a carcajadas con todas tus patosadas que sabes que me encantan.
A ti, que me das tu cariño.
A ti, que respiras profundo cuando me ves.
A ti, que te conocí por casualidad, aunque sabes que soy de la opinión de que las cusualidades no existen . . . todo ocurre por alguna razón.
A ti, que tienes las mismas manías mías . . . ve a lavarte las manos!!! correeee!!!!
A ti, que te muestras sincero.
A ti, que me haces esperar a que llegue la noche con tantas ganas.
A ti, que me hablas en inglés, italiano y seguro que cualquier otro idioma que aún no he descubierto.
A ti, que me dejas "pasarte revista" cada vez que se me antoja XD
A ti, que sientes ese profundo amor paterno que te hace tan humano.
A ti, que me muestras tu enorme corazón.
A ti, que te quiero, solo me sale decirte
GRACIAS POR SER TÚ.
jueves, 5 de enero de 2012
Felices fiestas.
Lo que os dejo aquí no es mio . . . . lo he leído, pero me ha gustado y algo me ha hecho pensar, así que lo comparto con vosotros para que también le deis al coco . . . . . .!!!!!
Najwa Nimri, con la voz ésa tan suya y su mirada profunda de femme fatale,
pregunta a Eduardo Noriega -mucho menos atractivo conforme una
(tendente a que le gusten los hombres maduros) va cumpliendo años y la
magia del celuloide petrifica los mismos rostros así pase una eternidad-
sobre la felicidad. “¿Qué es para ti la felicidad?”, le suelta justo antes de estrellarse con el coche en Abre los ojos. Y una, tendente también a comerse el coco por la felicidad propia y la ajena, recibe esta imagen como una metáfora de lo que nos pasa a diario. Sólo nos planteamos qué es la felicidad cuando nos vemos al borde del abismo.
Con los dos pies sobre la tierra nos da un poco igual si somos o no
felices. Estamos seguros. La felicidad no la vemos como una necesidad
básica. Y lo es, tanto como respirar. O debería.
Estos días todos son deseos de felicidad. “Feliz Navidad”, “Felices Fiestas”, “Feliz Año Nuevo”… Pero, ¿nos paramos realmente a pensar qué es para cada uno de nosotros la felicidad? ¿Qué sacrificamos por ella? O peor, ¿qué no sacrificamos que nos condena a ser infelices?
Voltaire, del que sabéis que soy fan por sus frases, decía que “buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una”. Así andamos la mayoría, como borrachos ansiosos. Superando una resaca tras otra. Dejándonos llevar y perdiendo en ocasiones la compostura.
Cuando somos jovencitos y nos pillamos
nuestras primeras borracheras, pensamos que la felicidad es un bien
eterno. Que un día nos tropezaremos con la felicidad y se quedará para
siempre con nosotros. Y nada de eso. Pasamos del deseo a la consumación y de ahí al hastío y a volver a desear otro objeto de felicidad. Nos acostumbramos. O quizás esté ahí la felicidad, en esperarla...
Y, ahora, a menudo u otras veces, cuando sabemos dónde está la felicidad nos venimos abajo y nos asustamos. (¿Será esto la madurez?). Ser felices implica dejar atrás mucho también. Renuncias, vacíos, soledad. Puede llegar un momento en el que, quizás, descubrimos que la felicidad se disfraza de algo que nos avergüenza, que nos condena, que nos hace sentir miserables. La felicidad puede llegar a ser ese vicio que escondemos, que no queremos -o no podemos- mostrar. Y nos seguimos enganchando, como alcohólicos. Mientras necesitemos la droga.
Estos días todo es, también, beber y comer y beber. Y brindar
por la felicidad. Yo brindaré por la mía, porque para ser feliz,
digamos lo que digamos, y esto da para otra entrada, hay que ser
egoístas. Alzaré, digo, mi copa por ella, aunque a veces sea una granhijadeputa que me martiriza y me putea, que me da, como una amante distraída, satisfacciones y me quita el sueño. Me emborracharé, una vez más, y lo que piense ebria será la prueba. ¿Lo intentamos? Los borrachos buscan la felicidad. Y no se mienten.
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