jueves, 9 de junio de 2011

Del racismo . . . o mejor del ¿clasismo?


Siempre he pensado que existía el racismo, pero cada vez estoy más convencida de que no es el racismo lo que existe, sino el clasismo. En esta sociedad (de mierda) en la vivimos, desgraciadamente lo único que nos mueve es el dinero, las ansias de poder, de aparentar, de parecer lo que no somos. Nadamos entre depredadores que están al acecho de alguna presa que ande lejos de su hábitat natural.

Desde que nacemos la especie humana tiende naturalmente a querer siempre más de lo que tiene, a ser más de lo que se es. Queremos llamar como sea la atención de nuestros padres y cuidadores, queremos el muñeco que tiene mi amigo, la bicicleta de Juanito (no una "como la" de Juanito, queremos "la" de Juanito),  queremos tener la mejor videoconsola, tener un móvil de última generación, un chalet como el que tiene mi jefe, queremos incluso a la mujer del jefe, queremos, queremos, queremos . . . y lo queremos todo. Pero nos olvidamos de que en la sociedad hay clases y clases. Clases en las que te tiene que gustar el golf, entender de equitación, veranear en un hotel de cinco estrellas, vivir en un piso de 200 metros cuadrados en el mejor sitio de la ciudad , tener a los niños en un colegio que te cueste la mitad del sueldo, clases en las que no puedes llevar ropa que no sea de marca o salir a compar el pan en chandal. Si perteneces a esta clase entonces puedes querer lo que sea, porque lo conseguirás casi sin esfuerzo.

Hay otras clases, en las que tienes que esforzarte por cada cosa que quieras tener en tu vida.  Con esfuerzo pagarás un alquiler o lo sumo una hipoteca de un piso de vpo, tendrás un pequeño coche, vacaciones cuando puedas permitirtelo (porque no siempre la cosa viene igual), tendrás una ropa para salir y otra ropa para diario, tu plan de fin de semana es salir de cervecita con los amigos, tus aficiones cuanto más baratas mejor, salir a la calle con un bolso de la marca nisu (ni su puta madre la conoce) no es ningún desprecio, y tener a tus hijos en un colegio público no es ser menos que nadie. Si eres de esta clase también puedes querer, pero al final casi siempre dirás "bueno, de ilusión también se vive".

Y ¿se puede subir de categoría?

Sí, claro que puedes subir. Tendrás que codearte con gente de la clase a la que quieres llegar. Aficionarte a sus aficiones, gastar el dinero que ellos gastan, comer en los restaurantes que ellos coman, usar su tipo de ropa, cambiar a tus hijos de colegio y por supuesto aparentar. Aparentar porque tú no eres de esa clase, pero lo vas a aparentar, para que te acepten. Así podrás desear lo que siempre quisiste, podrás tener lo que nunca tuviste. Será una pseudofelicidad, aunque eso no importará mucho porque si llegas aquí, estarás bien visto por todos. Habrás pasado de envidiar, a ser el envidiado.


¿El envidiado?
Yo no creo que seas digno de envidia, más bien digno de lástima. Lástima porque no eres capaz de apreciar lo que tienes, no eres capaz de luchar por lo que quieres sin tener que aparentar lo que no eres, lástima de tí que no eres capaz de ser feliz con lo que te rodea, lástima de ti que no sabes disfrutar de lo tuyo, lástima de tí que solo le das importancia al dinero, lástima de tí que ansías tener lo que tiene el otro, lástima porque no sabes mirar dentro de tí y ver que no deseas ser así.

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