lunes, 13 de junio de 2011

Niña otra vez.



A veces quisiera volver a ser niña. Volver a la infancia: ese tiempo en el que el mundo que conocíamos era todo lo que existía. El tiempo de la inocencia, de los juegos, de las risas y también de los llantos. Volver a ser niña . . . para . . .

para decir sí donde dije no, y decir no donde dije sí.

para resolver todos los problemas con un "pito pito gorgorito".

para jugar al escondite en el patio y acabar el juego gritando ¡Por mí y por todos mis compañeros y por mí primeroooo!

para que el mayor gesto de compañerismo fuera prestar la goma al que se le había perdido.

para volver a vivir la ilusión de una noche de Reyes.

para asomarme a la cuna de aquella criaturilla que llegó a casa e ir corriendo a avisar a mamá cada vez que se movía.

para que mi padre me pareciese el hombre más fuerte del mundo porque era capaz de cogerme en brazos y no cansarse.

para enseñar muy orgullosa de mí misma aquel dibujo que me había salido tan requetebien.

para ponerme un par de cerezas en las orejas y ver cómo me quedaba en el espejo del baño mientras jugaba a ser mayor.

para inventar juegos absurdos con mi hermano.

para que un anillo de plástico fuese la más preciada joya que podían regalarme.

para comer pasteles sin miedo a engordar.

para que un abrazo de mamá bastara para consolarme.

para que teniendo mil pesetas en la hucha tuvieses dinero suficiente como para no preocuparte en un año.

para poder estar durante una hora corriendo en el recreo y no cansarme.

para pedir un abrazo y un beso sin vergüenza.

para seguir pensando que a mi hermano pequeño se lo llevó Dios porque quería tener un angelito muy guapo en el cielo.

para volver con Cristina del cole por la calle San Luis y pararnos en la esqina del Pumarejo a esperar a nuestras madres que se habían parado a comprar el pan.

para dar vueltas como una peonza y hacer que la falda volase.

para ponerme los zapatos de tacón de mamá.

para que la mayor diversión fuese jugar con el agua del lavabo.

para que el mundo pareciese un lugar más pequeño y más justo.

para que la mayor decepción que pudieses llevarte fuese "pues ya no voy a ser más tu amiga" y luego todo se arreglase haciendo las paces.

para que diciendo "yo soy cascarón de huevo" estuvieras protegido de lo que sea.

para que escribir con boli significase que ya eras mayor.

para creer que existían más príncipes azules que sapos ( . . .y que brujas . . . y que lobos con piel de cordero)

para que en un día diera tiempo a hacer tantas cosas . . .

para que fuese fácil encontrar a alguien que quisiera hacerme cosquillas en la espalda.

para no tener prejuicios.

para ir paseando de la mano de mamá.

para llorar sin recriminarme a mí misma que tengo que ser fuerte.



 
       y para decir sí donde dije no

                              y decir no donde dije sí.      

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